jueves, 9 de febrero de 2012

…Y AZAZEL MORA ENTRE NOSOTROS


Pecadores, un nuevo tiempo se aproxima, un tiempo oscuro y tortuoso plagado de terribles tormentos…

… y una serpiente con siete cabezas y diez cuernos devorará a vuestros primogénitos y llevará a vuestras hijas al lupanar de la historia…

… y veréis a los pecadores impunes pasear a plena luz, zahiriendo a nuestros mayores mientras exhalan su aliento de hiena a los cuatro vientos…

… y las cifras de hombres y mujeres condenados al ocio doloso se verá elevada, siete veces siete, hasta vagar multitudes por rúas y caminos con mirada perdida…

… y los justos serán vejados, humillados y puestos en picota en cada ciudad, villa o aldea…

...  y los infames lucirán sus barrigas orondas y babearán satisfechos sobre nuestro plato vacío...

… y no habrá más mujeres libres, ya no.  Las mujeres sólo harán vida, como seres inferiores que son, de acuerdo a los preceptos ordenados sin dar rienda suelta a sus cuerpos pecaminosos…

… y cundirá el desconcierto y la desesperanza y cuando, a lo lejos, atisbéis una luz esperanzadora será la tea del enemigo que os acecha…

… y en la tierra yerma y desabrida no nacerá más que desolación y aquello que veáis verdear en la distancia, no será más que moho y podredumbre…


… y más o menos así se puede interpretar la primera intervención de Rajoy, El Agorero, en el Congreso de los Diputados, oído lo que profirió y deducido lo que calló.  Porque, ante un panorama tan oscuro, cualquier atisbo positivo no mueve más que al optimismo y la esperanza y, si el panorama empeora, ya nos lo advirtió.

Se quejaba Zapatero de no haber sabido comunicar convenientemente a la ciudadanía su mensaje, y no le faltaba razón.  En un sólo rato de una sola mañana de sólo un mes aunque muy largo, Rajoy nos ha desvelado toda su estrategia comunicativa:  Esto esta muy jodido y no he sido yo, ahora bien, todo lo bueno que pase sí será cosa mía. 

¿Simplicidad o simpleza?

1 comentario:

Silencio dijo...

Sí, ha llegado el apocalipsis, por cierto, con una actitud vengativa. Hoy especialmente, estoy sin palabras... Y me da que mañana, con la reforma laboral, no las voy a recuperar. El miedo a Azazel no debe paralizarnos.

Un saludo