lunes, 20 de febrero de 2012

LO QUE EMPEZÓ EN VALENCIA QUE TERMINE EN VALENCIA



De un modo u otro, a todos nos suena de algo el eminente neurólogo y fisiólogo ruso Iván Pavlov.  Lo que con seguridad conocemos son sus trabajos dedicados a definir lo que conocemos por Reflejo Condicionado.  Básicamente, consistía en medir la generación de saliva y jugos gástricos en unos perros a los que daba de comer a la vez que hacía sonar una campanilla.  Transcurrido un tiempo comprobó que, sólo con escuchar la campanilla, se producían en los animales las mismas reacciones fisiológicas aunque no mediase comida.  Este sencillo experimento sirvió para que Pavlov ahorrara unos rublos en comida para perros y para que, éstos, terminaran muriendo de inanición escuchando las campanas de la abundancia.  Pobres…

En España estamos viviendo estos días un intento empírico en esa línea que parece abocado al fracaso.  Unos estudiantes de Valencia están pasando lo más crudo de este crudo invierno sin calefacción en su instituto.  Hartos de la situación, sin duda provocada por los científicos para conseguir en ellos la respuesta perseguida, protestaron airadamente a la puerta del IES Lluis Vives, que es como se llama el centro educativo.   Para completar el experimento, a la puerta del centro, se colocaron estratégicamente unos policías armados generosamente con material antidisturbios.  Exagerados…

El experimento en cuestión consistía en que los estudiantes recibieran un porrazo por cada grito que profirieran de modo que, su cerebro, terminara asociando “protesta” con “golpe” y como a casi nadie le gusta recibir una somanta por el solo hecho de abrir la boca, los chavales terminarían callando, los golpes cesarían y cada uno a su casa y el PP a la de todos.  I+D…

Pues no, el estudio ha salido justo al revés, el cerebro adolescente de las criaturas daba la orden de gritar más fuerte a cada golpe recibido; protestas estas acompañadas de una resistencia numantina que ha hecho asombrar a los científicos.  Sin embargo, ha causado un efecto inmediato en quien no se pensaba:  En un primer momento, los antidisturbios golpeaban a los chicos y chicas con sólo oírles gritar pero, ahí viene la sorpresa, sus cerebros primarios han debido asociar automáticamente adolescencia con protestas y ya les sacuden aunque estén quietos y no abran la boca.  Sed de sangre…

El ministro Wert, tan avispado él, ya ha reservado un espacio en el próximo número de la prestigiosa revista Science, donde la Delegada del Gobierno en Valencia publicará su tesis, su antítesis y su síntesis y también, como dijo Wert, si se han sacado imágenes, la fotosíntesis…

Esos chicos tan fornidos entrenan a diario y nos han cogido por sorpresa pero no siempre será así.

El liderazgo de Rajoy comenzó en Valencia y puede terminar en Valencia. 

¿Justicia Poética?


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